¡A vivir!

Mucho tiempo temí,
temí perder lo que tenía,
mirar lejos y
abandonarme a mis sueños.

Viví precavida de la vida misma,
oculta de los rayos del sol,
del canto del ruiseñor,
cautelosa de la razón.

Pero vivir así era marchitarse,
secarse el alma
sentar la calma,
exprimirse el corazón.

Vivir así era morir.

Hoy nací, tiré la calma al diván,
sacudí el polvo por arena de mar,
tomé las ganas y me dispuse a viajar,
a volar.

Hoy viví, sólo eso…  viví.

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